La ciudad de Mérida se encuentra en un momento clave para redefinir su infraestructura urbana, específicamente en su emblemático centro histórico. El nuevo proyecto, anunciado por la alcaldesa Cecilia Patrón Laviada, busca posicionar a Mérida como un referente internacional en turismo sostenible y modernización urbana. Con una inversión de 500 millones de pesos, se plantea renovar calles adoquinadas, instalar tecnología de iluminación inteligente y crear espacios públicos más accesibles para personas con discapacidad.
Este proyecto incluye también el rescate de edificios históricos abandonados, los cuales serán convertidos en centros culturales y comerciales. La administración también ha hecho énfasis en promover la participación ciudadana, organizando reuniones comunitarias para incorporar sugerencias de los habitantes y comerciantes locales.

Sin embargo, el plan no está exento de críticas. La oposición política y algunos urbanistas han manifestado preocupación por la posible gentrificación del centro histórico, lo que podría desplazar a los residentes originales y aumentar los costos de vida en la zona. También se ha cuestionado cómo este enfoque podría descuidar otras áreas periféricas de la ciudad que también requieren atención urgente.
En términos económicos, la administración municipal estima que el proyecto generará más de 5,000 empleos directos e indirectos en el sector de la construcción y servicios. Además, el impulso al turismo sostenible podría aumentar significativamente el flujo de visitantes nacionales e internacionales, lo que beneficiaría a los negocios locales.